El arte en el siglo XIX en el Perú no realizó cambios radicales después de la independencia de España, poco a poco fue cambiando despojándose de siglos de influencia del arte español.
1. La Pintura
1.1 La Pintura académica
En los inicios de la república aún subsistían los talleres artesanales de la colonia. Los que antes se dedicaron a la pintura religiosa, ahora debían cumplir encargos de retratos y obras menores. De retratar virreyes y cortesanos, pasaron a militares y gobernantes. Unos de los más destacados pintores del siglo XIX fue José Gil de Castro. La mayor parte de pintores nacidos a principios del XIX se formaron en Europa; esto les permitió adquirir nuevas técnicas, logrando la incorporación de patrones europeos en sus obras. El neoclasicismo romántico y el realismo marcaron la producción pictórica de este siglo.
Existió, además, un grupo de artistas considerados autodidactas, cuyos principales exponentes fueron Ignacio Merino, Francisco Lazo y Luis Montero. En la segunda mitad del siglo XIX destacaron Federico del Campo, Francisco Masías, Carlos Jiménez, Abelardo Álvarez Calderón, Rebeca Oquendo y Alberto Lynch. Daniel Hernández (1856-1932) fue uno de los más importantes artistas de la época y además se desempeño en la dirección de la Escuela Nacional de Bella Artes, desde 1918 hasta su muerte.
1.2 La Pintura Popular
Con el fin de la colonia, y por consiguiente del arte eclesiástico, los que antes fueron talleres de pintura religiosa, debieron dedicarse a formas más simples de decoración pictórica: carteles para las corridas de toros, rótulos de tiendas, decoración mural de casas y jardines, etc. De allí salieron artistas que si bien nunca recibieron una formación académica, lograron desarrollar una obra de gran importancia. Entre los más destacados se encuentran Pancho Fierro, que en sus acuarelas desarrolla temas netamente peruanos. Su obra, inscrita en el costumbrismo, logró reflejar a través de la ironía, la sátira y la descripción sencilla, una búsqueda de identidad. El arte popular estuvo impregnado de artistas que, como Pancho Fierro, lograron imprimir de una manera peculiar las costumbres y la historia de esa nueva urbe republicana.
Las zonas rurales también fueron un tema de interés para los pintores. Uno de los que más destacó en este aspecto fue Tadeo Escalante.
2. La Arquitectura
Entre los siglos XVIII y XIX desaparece el barroco como estilo básico. Así, la arquitectura tiende más a lo lineal y preciso. A través del lenguaje arquitectónico neoclásico, se busca los ideales de modernización, dejando atrás los colonial. Esta influencia logra sobrevivir hasta fines del XIX. Los arquitectos más destacados que llegaron a la capital en ese periodo fueron Maximiliano Mimey, Miguel Trefogli y Domingo García. En 1876, junto con Eduardo Habich, serían los creadores de la Escuela de Ingenieros.
Durante la recuperación, luego de la Guerra con Chile, la arquitectura y la expansión urbana mostraron transformaciones más profundas. Para 1895 la influencia francesa había desplazado notoriamente a la hispánica. La mejor muestra de este cambio es la Casa de Correos y Telégrafos de Lima (1897). Asimismo, el siglo XIX trajo consigo el predominio de la arquitectura civil. En la primera parte del siglo XIX destacaron la Penitenciaría o Panóptico (1860), a cargo de Maximiliano Mimey; el Hospital Dos de Mayo (1868-1875), diseñado por Trefogli y Mateo Graziani (construido por la Sociedad de Beneficiencia); el Palacio de la Exposición (1872), de Antonio Leonardi, Luis Sada y Manuel A. Fuentes.
En la segunda mitad del siglo XIX, con marcada influencia del beaux art frances, destacó la edificación de la Facultad de Medicina de San Fernando y dos obras de Emile Robert: la Cripta de los Héroes (1907) y el diseño original del Palacio Legislativo (1908). Ambos fueron concluidos por Ricardo Malachowski y Gonzalo Panizo en 1920.
3. La Música
José Bernardo Alcedo es considerado el compositor nacional más importante del siglo XIX; a sus 18 años compuso la Misa en Re Mayor. En 1821 ganó el concurso nacional para componer el Himno Nacional. Además, llegó a ser maestro de capilla de la Catedral de Santiago de Chile y escribió Filosofía elemental de la música (1869), donde investiga la música quechua.
4. La Escultura
Con la independencia se produjo un cambio en le arte escultórico. Los monumentos buscaban representar la modernidad y el progreso, y exteriorizaban el desarrollo nacional. El estado patrocinó las remodelaciones de las alamedas de Acho y Los Descalzos, Las Plazas de Armas y Bolivar, entre otras.
En 1859 se inauguró la escultura de Simón Bolivar en la Plaza de la Inquisición, en 1860 el monumento a Colón en la Alameda de Acho y en 1865, la escultura de José Olaya en el Malecón de Chorrillos.
El gusto por los nuevos monumentos se extendió a provincias. No menos importantes fue la construcción y decoración de mausoleos, cuyos mejores ejemplos se encuentran en el cementerio Presbitero Maestro.
La ciudad republicana mantuvo su modelo clásico de ciudad colonial hasta el gobierno de Balta (1868-1872). Durante este periodo se establecería el contrato con Enrique Meiggs para demoler las murallas limeñas. Esto significa un quiebre en le estilo colonial de la ciudad y la apertura a nuevas tendencias de expansión urbana, de moda en Europa en ese momento, ejemplo de ello son el Parque de la Exposición (1870), así como el Paseo Colón y la Colmena, en años posteriores.
6. La fotografía
Se puede decir que la fotografía en el Perú empieza con un raro libro publicado en 1887, en Francia. se trato de Lima, de Manuel A. Fuentes, volumen de prosa que venía ilustrado con litografías y reproducciones de fotos posiblemente tomadas por los hermanos Courret. Eugenio Courret fue el primero en el Perú que sacó la cámara del estudio para fotografiar lo que pasaba en la calle. Fotografió escenas del combate del Dos de Mayo en el Callao. También se recordará la reproducción de los hermanos Gutierrez colgados de la catedral de Lima. Durante la Guerra con Chile, e incluso después, los Courret tomaron miles de fotos de gentes del Perú de toda condición social: soldados, indios, rabonas, zambos, ambulantes, entre otros. Otro personaje clave para los inicios de la fotografía en el país es el monsieur Maunoury, artista e inventor francés que solía plasmar retratos de gente de clase alta en su estudio de la calle Palacio, en Lima de mediados de 1850.