José Balta y Montero, presidente de la República entre 1868 y 1872. Hijo de Juan Antonio Balta y Brú y de Agustina Montero Casafranca, José Balta nació el 25 de abril de 1814 y murió trágicamente, víctima de la rebelión de los hermanos Gutiérrez, el 26 de julio de 1872. Estudió la carrera militar desde 1830 hasta 1833, obteniendo el grado de subteniente. Perteneció al batallón “Piquiza” y colaboró con el gobierno del general Orbegoso en el sitio del Callao y en la batalla de Huaylacucho (1834). Secundó el golpe de Salaverry, obteniendo de este modo el grado de capitán (1835). Durante los años de la Confederación Perú-Boliviana luchó contra el proyecto santacrucino y peleó en las batallas de Uchumayo y Socabaya; fue desterrado a Bolivia permaneciendo preso en la localidad de Chiquitos. Logró fugar y reemprendió su lucha contra Santa Cruz, actuando en las batallas de Portada de Guía, Buin y Yungay, siendo elevado al grado de sargento mayor (1839).
Colaboró con el transitorio gobierno del general Torrico y participó en la batalla de Agua Santa (1842), pasando luego al retiro. Reincorporado al ejército, sirvió al Directorio de Manuel I. de Vivanco y participó en la batalla de Carmen Alto donde sus filas fueron derrotadas por Ramón Castilla (1844). Luego de quedar nuevamente fuera del ejército, el régimen de Castilla pidió su reinscripción en el servicio activo obteniendo los grados de teniente coronel (1848) y de coronel graduado (1851). Por apoyar al presidente Echenique en la batalla de La Palma fue dado de baja una vez más por el nuevo régimen de Castilla (1855). Gracias a una “ley de reparación” fue reincorporado al ejército en abril de 1861. Volvió a la política activa cuando protestó ante la firma del tratado Vivanco-Pareja y secundó, desde Chiclayo, la rebelión del coronel Mariano I. Prado que se había iniciado en Arequipa (1865). Fue ministro de Guerra y Marina durante la dictadura de Prado y participó en el combate del Callao que puso fin a la amenaza española por las costas del Pacífico sur (2 de mayo de 1866).
José Balta y Montero como presidente del Perú
Luego de enfrentarse al gobierno de Prado y de ser deportado a Chile, José Balta asumió la función de supremo mandatario el 2 de agosto de 1868. Tenía 52 años y se trataba de un hombre enérgico de carácter y abundante en planes para el progreso material del país. Durante su mandato el Perú gozó de relativa paz y prosperidad. Al iniciar su gobierno, sin embargo, se topó con una grave crisis económica debido a la disminución de la venta del guano en Europa, lo que había ocasionado un fuerte déficit en el presupuesto nacional. Un joven de 30 años, Nicolás de Piérola, fue llamado al ministerio de Hacienda para solucionar la crisis y se decidió la firma del controvertido contrato Dreyfus (5 de julio de 1869). A través de dicha medida se quitó el monopolio de la venta del guano a los consignatarios nacionales y se vendió a la Casa Dreyfus de París 2 millones de toneladas de guano por un valor de 73 millones de soles a ser pagados en mensualidades de 700 mil soles. De esta forma se quiso conseguir rentas permanentes para el Estado, sanear la deuda externa y emprender una política de obras públicas donde destacaba la construcción de ferrocarriles. El gobierno, sin embargo, pidió cuantiosos anticipos a Dreyfus entre 1870 y 1872, incrementando la deuda externa peruana.
La política ferrocarrilera contó con la participación del empresario norteamericano Henry Meiggs y se diseñaron las siguientes rutas de “los caminos de hierro”: Lima-Chancay, que comenzó a servir en 1870; Mollendo-Arequipa, inaugurado en 1871; Lima-La Oroya o Ferrocarril Central, que funcionó parcialmente desde 1871; Pisco-Ica, inaugurado en 1871; Ilo-Moquegua, que comenzó a servir en 1872; Eten-Ferreñafe, construido por una hacienda azucarera. De igual modo, se iniciaron los trabajos de construcción del llamado Ferrocarril del Sur para unir Puno con Arequipa; y los de las líneas de Chiclayo-Pátapo, Salaverry-Trujillo, Salaverry-Chicama, Iquique-Noria y Juliaca-Cuzco. Otros ferrocarriles menores también se planearon: Paita-Piura, PimentelChiclayo, Chancay-Huacho y Cerro Azul-Cañete. Entre las obras públicas, destinadas también a la modernización del país, estuvieron la fundación de la Escuela de Agricultura, de la Escuela de Artes y Oficios, de la Escuela Naval y la reorganización de la Universidad de San Marcos; la construcción de la carretera LimaCallao; la ampliación del telégrafo de Lima a provincias; la construcción del hospital Dos de Mayo en Lima; la construcción de un nuevo puente de fierro y piedras sobre el río Rímac, el hasta hoy conocido como puente Balta; el derribo de las antiguas murallas de Lima con la finalidad de fomentar el crecimiento ordenado de la capital; la construcción del parque y del palacio de la Exposición en Lima, inaugurados el 1o de enero de 1872 con una gran exposición nacional; la fundación del puerto de Ancón como balneario de moda, habiéndolo escogido el propio presidente como su residencia de veraneo; la creación de la provincia litoral de Tarapacá y diversas mejoras de puertos (Callao, Pisco, Eten, Salaverry, Pacasmayo y Mollendo) y proyectos de irrigación en la costa. Cabe destacar que por esta época, en 1870, el ingeniero A. Werthemann exploró el río Perené, y otras exploraciones fluviales tuvieron lugar en la amazonía; la sierra y sus riquezas naturales las venía explorando el sabio italiano Antonio Raimondi; el ingeniero militar Pedro Ruiz Gallo construyó su sofisticado reloj; Mariano Felipe Paz Soldán escribió la Historia del Perú independiente; en el campo de la literatura destacó la poesía romántica y postromántica de Ricardo Palma, de Carlos Augusto Salaverry, de Juan de Arona y de Luis Benjamín Cisneros, entre otros; y el pintor Luis Montero culminaba Los funerales de Atahualpa.
El gobierno de Balta, de ambiciosas obras públicas llevadas a cabo por medio de enormes empréstitos, culminó desbordado por la violencia. En 1871 las elecciones fueron ganadas por el civil Manuel Pardo y Lavalle y un grupo intransigente del ejército, liderado por los hermanos Gutiérrez, no quiso aceptar esa victoria y pidió al presidente Balta desconocer los resultados de la votación popular. Los alzados, luego de una serie de hechos sangrientos en Lima, asesinaron a José Balta provocando la indignación del pueblo capitalino. De esta forma, una multitud apresó a los hermanos rebeldes, los ejecutó y los cadáveres de un par de ellos fueron colgados en las torres de la catedral. El período presidencial fue concluido por el primer vicepresidente Mariano Herencia Zevallos.