El Período Lítico, como el Período Arcaico, que constituyeron los dos primeros momentos de nuestra historia, cada una de ellas con propias características económicas y sociales.
El desarrollo del hombre andino no se detuvo allí; muy por el contrario, siguió creando, inventando, experimentando y avanzando hasta llegar a formar las llamadas Altas Culturas. Nos ocuparemos de los aportes económicos, sociales, políticos y culturales que van desde la Cultura Chavín hasta el Imperio Incaico. Dicho proceso los arqueólogos han dividido en los llamados Horizontes y Períodos.
1. El horizonte temprano o periodo formativo
Con el nombre Horizonte Temprano o Formativo se conoce el tercer momento de la historia Andina o Pre-Hispánica, este se da después del período Arcaico.
Cronológicamente, este período se desarrolla aproximadamente entre los años 1,800 a.C. y 500 a.C. En este lapso se produjeron importantes cambios y progresos que van a culminar con el establecimiento de la Cultura Chavín, así como con el asentamiento de las culturas Paracas, Vicus, Tutishcainyo, Wishqana y Cupisnique. Veamos a continuación los principales logros.
1.1 Aspecto económico.
En este aspecto podemos decir que se consolida la economía agropecuaria, lo que quiere decir el desarrollo de una agricultura avanzada que implicó:
– La utilización de técnicas agrícolas, (canales de irrigación, andenes, chaquitajlla etc.).
- Intercambio y centralización de experiencias agrícolas.
- El desarrollo de este tipo de agricultura motivó que existiera un excedente productivo (sobrante de la producción, después de haber satisfecho a todos los miembros) que luego ciertas personas se apropiarían primero en forma pacífica, luego mediante la amenaza y por último por la violencia.
1.2 Aspecto social.
En este aspecto asistieron a la consolidación del Ayllu. Esta organización comunal basada en los vínculos de parentesco consanguíneo había nacido con el desarrollo de la agricultura y fue en el Formativo cuando halló su consolidación total.
Por otro lado, en este período se da nacimiento a la estratificación de la sociedad (clases sociales). En efecto, aparecieron nuevos tipos de personas a manera de “especialistas” dedicados al estudio de los movimientos del sol, las estrellas, la luna y al mismo tiempo se dedicaban a la distribución de las aguas para la ampliación y servicio de los campos de cultivo. Estas personas vivían con el excedente productivo, por lo que ya no realizaban labores en el campo; por último se hicieron construir viviendas especiales.
Así, pues, este grupo poco a poco iba acrecentando su poder, a tal punto que “controlaba” las lluvias ya que estaba en “comunicación” con los dioses. Posteriormente institucionalizó la religión, constituyéndose sus miembros en casta sacerdotal y haciendo construir a los campesinos grandes templos. De esta manera en la ciudad fue como nació la clase social dominante y a cuyo sustento los campesinos contribuían con productos. En otras palabras la ciudad sometió al campo.
1.3 Aspecto político.
Durante este período de Horizonte Temprano o Formativo se produjo la estructuración del Estado. Esta primera forma de Estado aparecida en territorio andino, es conocida por los especialistas como Estado Teocrático.
Esto quiere decir el gobierno de los dioses a través de sus “representantes” que, específicamente en Chavín, lo constituía ese grupo de personas “especiales” con poder sobre las masas campesinas.
De allí la explicación del porqué los dioses de Chavín son dioses con rostros amenazadores. De estos “dioses” amenazadores se valían los grupos dominantes para que los campesinos aldeanos cumplieran una serie de obligaciones en su provecho.
1.4 Manifestaciones artísticas.
En este período se desarrollaron de manera extraordinaria diversas manifestaciones de arte.
Tenemos por ejemplo, en Chavín, el extraordinario templo conformado por varias estructuras piramidales, en cuyo interior guarda un laberinto de pasajes. Es también admirable su arte Lítico, en el que destacan las cabezas clavas situadas, en la parte externa del templo; la Estela de Raimondi, de casi dos metros de alto, donde se representa un personaje parado de frente, con boca atigrada, manos, uñas y las extremidades de aves de rapiña; el Lanzón Monolítico, de 5 mts. de alto, contiene esculpido un “felino” humanizado; el Obelisco de Tello, que representa una divinidad compleja.
En cuanto a la cerámica Chavín, es de tipo monócromo con predominio generalmente del negro sobre el gris; tiene forma de vasos y botellas globulares con asa en forma de estribo y pico de reborde.
En lo que respecta a Paracas, merece ser resaltada su textilería, inigualable en el Perú Antiguo. Confeccionaron finísimas vestimentas con hilos de colores variados que a pesar del tiempo permanecen indelebles; son mundialmente conocidos hoy los famosos mantos de Paracas. Otro aspecto relevante de los Paracas son las trepanaciones craneanas y la momificación de los cadáveres.
En cuanto se refiere a la Cultura Vicus, a finales del Formativo, sus miembros realizaron trabajos de metalurgia en oro, plata y cobre; así, construyeron “pectorales” de cobre y otras indumentarias suntuarias.
1.5 Fin del horizonte temprano o formativo
El término de este período está relacionado con el fin de la Cultura Chavín. Al respecto Ramiro Matos manifiesta lo siguiente:
“…grupos llegados de diversos lugares impusieron nuevas costumbres sobre pueblos desarraigados, decadentes, tal como habría ocurrido con los Huaras primero, y luego con los Recuay, que llegan sobre Chavín ocupándolo y distruyendo muchas de sus reliquias y aprovechando otras, en una actitud francamente invasora. Fue el fin del Formativo que origina un salto dialéctico hacia la formación de una nueva sociedad mediante cambios revolucionarios”.
2 El intermedio temprano o periodo de los desarrollos regionales.
Este período está comprendido entre el fin de Chavín y el florecimiento del Imperio Wari; cronológicamente se ubica entre los 500 a.C. más o menos y los 700 años d.C.
En efecto, en el transcurso de dichos años se da lugar a la primera diferenciación regional de pueblos y culturas que luego constituyeron los primeros señoríos, reinos y estados regionales. Se trata, pues, de una nueva configuración en las relaciones internas y externas de los pueblos, que pueden ser comprendidas como una corriente de formación de las nacionalidades. Lógicamente, todas estas culturas no tuvieron un desarrollo uniforme, pues unas se desarrollaron más que otras. Dentro de las principales culturas que podemos señalar, son en la Costa: Mochica, Lima y Nazca; en la Sierra: Cajamarca, Recuay y Huarpa y, Tiwanaku en el altiplano. Estos nombres corresponden a los sitios en donde se han hallado las evidencias materiales: no son, pues, los nombres originales con que dichas civilizaciones se habrían desarrollado.
2.1 Aspecto económico.
Durante este período hubo un extraordinario desarrollo de las fuerzas productivas, en base a una férrea disciplina en el trabajo y a la incrementación de la división técnica del trabajo.
En efecto, se acentuó la división entre campesinos y artesanos. Los artesanos, nucleados en las ciudades, se empeñaron en incrementar la producción y perfeccionar sus técnicas en el trabajo de la cerámica, los tejidos y la metalurgia; así, pues, se incorpora el cobre como elemento importante en la fabricación de adornos, alhajas, herramientas y armas.
Los campesinos, para satisfacer a las clases dominantes, van mejorando las actividades agrarias y obtienen un mejor aprovechamiento de los ambientes y micro ambientes de los andes. Así, pues, se descubren los secretos de la agricultura de riego, con lo que los canales de irrigación y los reservorios adquieren gran importancia.
En lo que respecta al sur andino, específicamente a Tiawanaco, se dio un extraordinario desarrollo de la ganadería por su misma posición geográfica; llegaron hacer de la carne el “Charki” y de la papa el “Chuño”. Estos productos eran intercambiados por otros de las zonas bajas.
2.2 Aspecto social.
A estas alturas del desarrollo notamos ya la presencia definida de las clases sociales; unos, los poderosos, se consolidan en las ciudades y los campesinos dominados, en el campo; aquéllos vivían en abundancia, en palacios y muy bien atendidos y los otros vivían en el campo, en forma sencilla y trabajando arduamente.
En este período se da paso a la formación de los estados militaristas, esto es, el Estado que basa su poder en la fuerza de las armas. Es el nacimiento de los ejércitos. El Estado ya no era dirigido por “Sacerdotes”, sino -más bien- por personas “Civiles”.
Este período no fue de paz ni tranquilidad: en él se originaron las guerras entre estados, luego de las cuales los vencedores imponían sus normas a los vencidos. En síntesis, se desarrolló una lucha por la supremacía y control de un Estado sobre otro.
2.4 Religión: nuevas deidades.
La religión prosiguió practicándose de acuerdo a las tradiciones ancestrales; pero, además, se impusieron nuevas deidades como las divinidades que representaban a las plantas, a los accidentes naturales y los astros.
Por otro lado, se incrementa el culto a los muertos y los sacrificios humanos en los cuales los prisioneros de guerra eran sacrificados en ceremonias especiales y ofrendados en holocaustos a la divinidad oficial.
2.5 Desarrollo artístico
Fue extraordinario el desarrollo artístico alcanzado en este período, ya sea en la cerámica, la textilería, la metalurgia y la arquitectura.
Los mochicas sobresalen por su arquitectura de la Huaca del Sol y Huaca de la Luna, hechos de adobe y decorados con pinturas murales. Especial mención merece la cerámica de color bícromo (rojo y marrón) unas modeladas y otras pintadas) representando ya sea seres humanos (huacos retratos que demuestran gestos de dolor, alegría, cólera, etc), animales, plantas, dioses, etc.
En cuanto a Nazca, merecen resaltarse los gigantesco dibujos de varios Kilómetros de extensión ubicados en las pampas de Palpa y Nazca. Se notan allí dibujos en base a líneas rectas; otros en forma de espiral, de animales y hasta de seres humanos.
Con exactitud no se ha establecido el significado de estos dibujos, pero la mayoría de los especialistas coinciden en señalar que se trataba de un calendario que señalaría los tiempos de lluvia, de siembra y de cosecha.
Respecto a los Tiwanakenses, ellos hicieron inmensas construcciones de escultura lítica, entre las que destacan el templo de Akapana y el Palacio de Kalasasaya. En este último se halla la famosa Portada del Sol en cuya parte superior se encuentra esculpida un personaje principal, para algunos el Dios “Wiracocha”.
También merece resaltarse la cerámica Tiwanaku, cuya obra peculiar fue el Kero, vaso de color polícromo con dibujos de forma geométrica.
3. El horizonte medio o periodo del imperio Wari
Los arqueólogos han convenido en singularizar el Período Horizonte Medio como el desarrollo del primer Imperio que se generó en el territorio Andino, es decir el Imperio Wari.
Cronológicamente se enmarca entre los años 700 d.C. y 1,100 d.C. aproximadamente. Este Imperio tuvo su capital en la ciudad metropolitana de Wari (Ayacucho) y ejerció su influencia política y económica por el Norte hasta Cajamarca y Lambayeque y por el Sur hasta el Cusco y Arequipa.
En efecto, Wari se forma a partir de la Cultura Huarpa (Ayacucho) en donde “la conquista de nuevos territorios y hombres y su explotación mediante mecanismos militares, proporcionó al nuevo Estado un carácter imperial al extender sus dominios a varios pueblos y nacionalidades andinas”.
3.1 Las “Ciudades Cabeceras” de Región.
La metrópoli Wari para ejercer su dominación en un amplio territorio, estableció las llamadas “ciudades cabeceras de región” que venían a ser especies de colonias que se encargaban de centralizar y remitir a la metrópoli fuerza de trabajo, productos agrícolas y ganaderas, así como tejidos y cerámica. Así fue, pues, como Wari explotaba a los pueblos.
Entre las principales ciudades cabeceras de región tenemos Pikillaqta (Cusco), Pachacámac (Lima), Wariwillca (Huancayo); Wilkawaín (Callejón de Huaylas); Wiracocha Pampa (Cajamarca).
Estas y otras ciudades se convirtieron en grandes centros urbanos de administración política, económica y religiosa de los territorios conquistados.
3.2 Aspecto Económico.
Dado el carácter imperial de este Estado; su política económica se orientó, pues, a explotar a los pueblos colonizados.
El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras, refiriéndose a este aspecto señala: “La política de los ayacuchanos parece haber estado orientada a obtener el máximo de utilidades agropecuarias, en los valles colonizados, tanto en la sierra como en la costa. Aprovechando la experiencia agraria local, así como la de todos los territorios conquistados, se desarrolló un programa hidráulico de vasto alcance, habilitando nuevas tierras en cada valle y racionalizando la siembra y la cosecha (….) la construcción de canales, reservónos de agua y otros servicios agrarios, fueron también utilizados para el mantenimiento urbano, el que además fue complementado con caminos a lo largo del Imperio”.
3.3 La Caída de Este Imperio.
Los imperios son poderosos en tanto mantienen sojuzgados a los pueblos, pero cuando éstos se liberan aquéllos decaen.
El Imperio Wari no fue ajeno a la afirmación anterior. Los especialistas señalan que varias de las ciudades coloniales de Wari, llamadas “cabeceras de región”, fueron adquiriendo importancia política y económica, hasta alcanzar una situación similar a la ciudad metropolitana; fue en aquellos momentos cuando dichas colonias empiezan a liberarse del control imperial Wari.
Este proceso se fue repitiendo sucesivamente uno tras otro, hasta llegar al punto en que la ciudad metropolitana de Wari se convirtió en un “elefante blanco”, fue entonces cuando vino su ruina. Todo esto sucedió hacia fines del siglo XI.
Pachacámac (Lima) constituye un caso típico de cómo se dio el proceso de liberación de las colonias de Wari.
El fin del Imperio Wari es el fin de todo un período de nuestra historia y a la vez marca el inicio de otro nuevo llamado los Estados Regionales en el que se desarrollaron numerosos reinos, señoríos y confederaciones, cada uno de ellos en forma autónoma.
4. El intermedio tardío o periodo de los estados regionales
Paralelamente a la decadencia del Imperio Wari, se fue formando en el territorio andino el Período Intermedio Tardío o Período de los Estados Regionales.
Cronológicamente este período se inicia hacia los años 1 100 d.C., y se prolonga a los 1 400 d.C., aproximadamente, momento en que los estados regionales del territorio andino fueron sometidos mediante la violencia por un nuevo imperio llamado Tawantinsuyu.
Fueron muchos los estados que se desarrollaron a lo largo del territorio andino. Anotemos algunos: El Reino Chimú (costa norte), el Señorío de Chincha (costa sur), el Señorío de Collique (Chillón), el Señorío de Ychma (valles de Lurín y Rímac), el Reino de los Yauyos (sierra de Lima), la Nación Rucana (valle del río Grande en Nazca), la Confederación de los Wancas (valle del Mantaro), la Confederación de los Chancas (cuenca del río Pampas) el Reino Cusco (Urubamba y Paucartambo), los reinos Colla, Lupaca y Pacaje (Altiplano).
4.1 Aspecto Político.
Los estados regionales que se desarrollaron en este período tomaron diversas formas políticas tales como reinos, señoríos y confederaciones.
Los estados más importantes asumieron el control absoluto de vastas regiones, en tanto los pequeños se desarrollaron en zonas periféricas, tratando de mantener su autonomía ante el expansionismo creciente de otros estados. De allí que existió una pugna permanente, en la que las guerras adquirieron un objetivo político y económico mediante las cuales los gobernantes trataban de anexar tierras de cultivo, fuerzas de trabajo y tributos. Los ejércitos fueron numerosos y bien armados, cuyo mantenimiento se hacía posible con el trabajo del pueblo.
4.2 Aspecto Económico.
Asistimos en este período a un elevado desarrollo de las fuerzas productivas. Esto quiere decir que los instrumentos de producción se van perfeccionando, sean éstos herramientas para la agricultura, la ganadería y otras actividades económicas, así como también los mecanismos de trabajo como la técnica hiráulica (canales y reservorios) y el aprovechamiento de las tierras (andenes).
Refiriéndose a estas actividades, Silva Santisteban señala: “En este período es cuando alcanza su apogeo la metalurgia, asociada con una creciente especialización del trabajo y el desarrollo de otras actividades específicas como la minería, la intensificación del tráfico de productos (comercio), el florecimiento de centros urbanos … y en general, con el desarrollo de la organización social y política”.
4.3 Aspecto Social.
La estratificación social es una constante en este período. Los sectores dominantes tenían derecho de “propiedad” sobre el trabajo de otros hombres, mas no sobre los hombres mismos.
Tomemos como ejemplo el Reino Chimú, para mostrar la estratificación social.
En el reino Chimú el gran señor, máxima autoridad, era el Ci-quic; rodeado de una casta llamada Alaec, posiblemente familiares del Ci-quic; agregaremos a todo esto los Pixllca a manera de funcionarios provinciales. Fueron estos grupos los conformantes del sector dominante.
La mayoría de la población estaba conformada por los campesinos cuyo jefe familiar se llamaba Paraeng. En la última categoría social se hallaban los Yana, que para algunos eran los esclavos provenientes de la guerra.
4.4 Manifestaciones Artísticas.
En este período asistimos a un cierto decaimiento de la cerámica, en cuanto se refiere a las formas expresivas y calidad de las vasijas. Esto decimos, por cuanto que los huacos de este período no alcanzan a igualarse con la de las culturas precedentes.
Lo que sí llama la atención es el notable auge de la metalurgia en la que desarrollaron muchas técnicas, como fundir, alear, unir, enchapar, soldar, dorar, aglutinar, etc. Conocieron casi todos los metales, menos el hierro; fue así como construyeron hachas, machetes, tumis, raspadores, pinzas, agujas, armas y adornos (coronas, collares, orejeras, brazaletes, narigueras, etc.
5. El horizonte tardío o periodo del imperio Inca.
Cronológicamente abarca aproximadamente desde los años 1 400 d.C., hasta 1532 d.C., año en que se inicia la conquista e invasión europea y que luego de 40 años de guerra lograron vencer la resistencia incaica, consolidando, de esta manera, el colonialismo.
Como se puede apreciar, se trata de un período bastante corto, en relación a los otros del Perú Antiguo.
El capítulo siguiente está dedicado a explicar la importancia y los logros, en sus diversos aspectos, del Imperio del Tawantinsuyo.