Naylamp llegó de otras tierras para fundar esta dinastía. El cronista Miguel Cabello de Balboa recogió el mito de Naylamp entre la gente de la zona de Lambayeque en el siglo XVI. En 1782 el párroco de Mórrope, Justo Modesto Rubiños, escuchó una versión muy parecida. La historia habla de un líder que llegaba de otra parte y fundaba una dinastía. Ciertos investigadores creen que cuenta la formación de la cultura Lambayeque, ya que muestra varias coincidencias con las evidencias arqueológicas.
El mito de Naylamp
En tiempos muy antiguos llegó por mar, desde la parte suprema del Perú, un poderoso líder en medio de una gran flota de balsas. Este líder llamado Naylamp venía acompañado por un numeroso séquito de militares, mujeres y sirvientes. Tenía diversas esposas; la principal se llamaba Ceterni.
Pita Zoft era el trompetero oficial, Ninacola cuidaba las andas y la silla de su amo, Ninagintue se encargaba de las bebidas, Fonga Sigde derramaba polvo de conchas marinas por donde debía pasar Naylamp, Occhocalo era su cocinero, Xam Muchec se encargaba del maquillaje, Ollopcopoc lo bañaba, y Llapchiluli le tejía su ropa. Desembarcaron en un río al que el cronista llamaba Faquisllanga, avanzaron tierra adentro y construyeron sus palacios en Chot. Allí colocaron un ídolo de piedra verde que representaba a Naylamp y era llamado Yampallec. Desde entonces dominaron toda esa zona.
Hubo mucho tiempo de paz hasta que Naylamp murió. Entonces sus allegados contaron a la gente del pueblo que a su líder le había salido alas y que se había alejado volando. Su hijo mayor asumió el gobierno mientras que los otros fundaron pueblos en zonas cercanas como Túcume y Jayanca.
Más adelante Fempellec, su último sucesor, decidió cambiar de lugar al ídolo. Se le apareció un demonio en
forma de una bella mujer y él durmió con ella. En castigo vinieron treinta días de lluvia, luego sequía y también hambruna. Los sacerdotes echaron al mar a Fempellec para apaciguar a los dioses.
De esta manera se quedaron sin señor hasta que un tirano poderoso de nombre Chimo Cápac, llegó con su ejército y los venció. Esta derrota marcó la conquista chimú en Lambayeque.
¿Mito o realidad?
Mucho se ha discutido sobre si este mito narra hechos que realmente ocurrieron o si es posible relacionarlo con los datos arqueológicos. Uno de los primeros problemas es saber a qué se refiere con parte suprema del Perú. Parece ser que en la época del cronista Cabello de Balboa, esta expresión aludía al sur del país. Para algunos investigadores, Naylamp y su gente pudo ser un grupo venido del sur como consecuencia de la desintegración de la cultura Tiahuanaco.
Por otro lado, el río Faquisllanga ha sido identificado como el río Lambayeque. Christopher Donnan considera que los palacios de Chot serían la huaca Chotuna. La difusión de la imagen del personaje de los ojos alados en la cerámica, los metales y los murales parecen coincidir con la propagación de un fuerte culto, tal vez a la imagen de Naylamp. Las alas que le crecen al morir estarían representadas en el tumi de Illimo.
La opinión general es que, si bien el mito debe hablar de personajes arquetípicos, éste nos cuenta cómo un grupo llegó a dominar la zona de Lambayeque. La dominación se basaría en un culto religioso de gran importancia.