Ciro Alegría Bazán (1909- 1967), fue el autor de El mundo es ancho y ajeno nació en la hacienda “Quilca”, distrito de Sartimbamba, en la provincia de Huamachuco (departamento de La Libertad), el 4 de noviembre de 1909. Sus padres fueron José Eliseo Alegría Lynch y María Herminia Bazán Lynch, naturales de Huamachuco. Alegría vivió hasta los cuatro años en “Quilca” y luego pasó el resto de su infancia en la hacienda “Marcabal Grande”, así como en pequeños poblados de la región, como Cajabamba. Sus tempranos juegos con niños indios dejaron una huella indeleble en su vida y obra; ya en su juventud compartiría faenas agrarias y rodeos con peones indios y cholos. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la ciudad de Trujillo; en 1917 fue alumno del genial poeta César Vallejo en el colegio nacional de San Juan. Entre sus autores favoritos destacan Julio Verne y Antonio Raimondi, cuyo libro El Perú le despierta vivo interés. En 1920 visita con su padre la casa del pintor José Sabogal, uno de los pioneros del indigenismo, movimiento artístico e ideológico al que se suele asociar la obra de Alegría.
Sus inicios como escritor
En 1924 se define su vocación y escribe, alentado por su familia, sus primeros relatos y poemas. Al año siguiente se convierte en racionero de peonaje y ayudante en la bodega de su tío Constante Bazán, en la hacienda “Galindo”. Más tarde el escritor y filósofo Antenor Orrego, miembro de la “Bohemia Trujillana” y director del diario El Norte, lo acepta como reportero, incorporándolo a su grupo literario. Es aquel un tiempo de intensa efervescencia política y de confrontación entre los partidarios de Víctor Raúl Haya de la Torre y los seguidores de José Carlos Mariátegui -por quien Alegría manifestó siempre el mayor respeto, debido a su certera comprensión del problema indígena-. Sin embargo en 1930, cuando ingresa a la Universidad de Trujillo decide militar en el Apra, el partido fundado por Haya y Orrego. Siendo miembro del comité ejecutivo del Apra es cruelmente torturado, por su oposición a la dictadura de Leguía.
Edición de Los perros hambrientos y El mundo es ancho y ajeno
Durante el gobierno del general Benavides (1933) ingresa a trabajar en el diario clandestino La Tribuna de Lima. Colabora asimismo en las revistas Panoramas, Palabra y Crónica Social. El 13 de diciembre de 1934 viaja a Valparaíso y luego a Santiago de Chile; coincidiendo su arribo con el deceso del poeta José Santos Chocano. El año 1935 es importante en su vida porque se casa con su tía Rosalía Amézquita y transforma su cuento “Marañón” en la que sería su primera novela: La serpiente de oro, por la cual se le otorga en Chile el premio “Nascimento”. Al año siguiente Alegría es elegido miembro del directorio de la Sociedad de Escritores de Chile y comienza a trabajar en la editorial Ercilla, como corrector de originales. Asimismo traduce obras de Stefan Zweig e Ylia Ehremburg, para la editorial Zig-Zag. En 1938 se agudizan sus problemas de salud y sufre una embolia cerebral, perdiendo temporalmente la capacidad de escribir. Durante su recuperación y en base a materiales previos, compone su novela Los perros hambrientos. Entre 62 novelas presentadas obtiene el premio “Zig-Zag”. La novela se publica en agosto de 1939. Su novela El mundo es ancho y ajeno, un clásico insoslayable en la literatura peruana, obtiene en 1940 el reputado premio “Farrar & Rinehart”, convocado desde Estados Unidos por la editorial del mismo nombre.
Viaje de Ciro Alegría a Puerto Rico y Estados Unidos
El 19 de abril de 1941, en compañía del ensayista venezolano Mariano Picón Salas, Alegría viaja a Puerto Rico y participa en la Conferencia Interamericana de Escritores. Concurre posteriormente al Congreso de Escritores Americanos de Washington, donde conoce al escritor norteamericano Waldo Frank, con quien mantendrá una gran amistad. En octubre de 1941 aparece la traducción al inglés de El mundo es ancho y ajeno y su libro es ubicado por la prensa en el cuarto lugar de ventas. Después del bombardeo de Pearl Harbor (1942) consigue un trabajo en la revista Selecciones del Reader’s Digest y ocupa un puesto en la oficina de propaganda de guerra de los Estados Unidos, como coordinador. Durante 1945 se dedica a trabajar como traductor en la compañía cinematográfica Metro Goldwin Mayer. Asimismo es llamado por don Federico de Onís para dictar un curso sobre la novela hispanoamericana en la Universidad de Columbia. Su amiga Gabriela Mistral lo invita desde San Francisco (1946) y esta visita le servirá para su libro póstumo Gabriela Mistral íntima. En 1948 Ciro Alegría se separa pública e irrevocablemente del partido aprista. Publica artículos en El Diario de New York y en revistas en inglés como Encore. En 1953 Alegría es invitado al Congreso Martiano de La Habana, donde se reunió más de un centenar de escritores de Europa y América. Radicado en la isla caribeña, colabora desde allí con la revista Letras Peruanas. En 1956 es invitado por la Universidad de Oriente a dictar un curso sobre la novela y su técnica. Ese mismo año conoce a la poetisa cubana Dora Varona Gil, con quien contrae matrimonio en 1957. A fines de ese año, después de una larga ausencia, el novelista retorna al Perú, siendo objeto de un recibimiento multitudinario, que le resulta abrumador debido a su natural timidez.
Su obra alcanza una difusión popular con el Festival del Libro Peruano, al que asisten escritores amigos como Pablo Neruda, Jorge Icaza y Enrique López Albújar. Sucesivamente es nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Trujillo.
Colaboración de Ciro Alegría en diarios y festivales internacionales
Desde febrero de 1958, el novelista colabora asiduamente en el diario El Comercio, decano de la prensa nacional. El 23 de abril de 1960 la Academia Peruana de la Lengua -dirigida por Víctor Andrés Belaunde- lo elige por unanimidad como miembro de número.
Asiste después al Tercer Festival del Libro de América, en Buenos Aires. Viaja a Montevideo y entretanto colabora con el afamado diario argentino La Nación. Desde 1961 escribe para el diario Expreso y para la revista Caretas. A comienzos de 1963 Alegría alcanza una diputación por Lima, como miembro del partido Acción Popular. En setiembre del mismo año se publica su libro de relatos Duelo de caballeros, en la editorial Populibros de Manuel Scorza. Es invitado al Segundo Encuentro Internacional de Escritores, celebrado en Berlín en 1964 y al que asistieron -entre otros-Jorge Luis Borges y Julio Ramón Ribeyro. Por invitación del Parlamento francés, viaja a Francia y después a Italia y EE.UU. (1965). De regreso a su país asiste al Primer Encuentro de Narradores Peruanos, convocado por la Casa de la Cultura de Arequipa, que dirigía el crítico Antonio Cornejo Polar. El 28 de mayo de 1966 Alegría es elegido presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, venciendo a Luis Alberto Sánchez, por entonces rector de la Universidad de San Marcos. Bohemio y fumador empedernido, Alegría -quien se consideraba miembro de la “generación del 30”- frecuentó a artistas de diversas generaciones. Fue asiduo concurrente a las tertulias que organizaba el librero Juan Mejía Baca, alternando con Martín Adán, Arturo Hernández y Francisco Izquierdo Ríos. Ciro Alegría y José María Arguedas sintieron una estimación recíproca y ambos se defendieron de inútiles competencias que algunos quisieron establecer entre ellos. Alegría precisó que el indio revelado por sus libros pertenece a una zona muy distinta a la observada por Arguedas; es un indio más aculturado y desconoce por lo general el quechua pero, obviamente, no por ello es menos representativo del Perú.
Muerte y obras de Ciro Alegría
Ciro Alegría falleció el 17 de febrero de 1967, a causa de una hemorragia cerebral, en Chaclacayo (Lima). Fue condecorado, como homenaje postumo, con las palmas magisteriales en el grado de Amauta. Le sobrevivieron su esposa y sus seis hijos: Ciro y Alonso (de su primer matrimonio); y Cecilia, Ciro Benjamín, Gonzalo y Diego, de su matrimonio con Dora Varona.
Ella se ha encargado de publicar la obra inédita de Ciro Alegría, que incluye los siguientes títulos: Lázaro (novela); Mucha suerte con harto palo (memorias); La ofrenda de piedra (cuentos andinos); El sol de los jaguares (cuentos amazónicos); El dilema de Krause; siete relatos quirománticos (escritos en Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba); Gabriela Mistral íntima; Sueño y verdad de América; El ave hechizada que canta en la noche; Fábulas y leyendas americanas; “Sacha en el reino de los árboles”, “Nace un niño en los Andes”, “Fitzcarrald, el dios del oro negro” y “Panki y el guerrero” (cuentos infantiles). Se encuentran todavía en preparación: Mi máquina de escribir; Tres libros de crónicas: boceto de un retrato del Perú y Breve viaje a través de la literatura.
Dora Varona en La sombra del cóndor: Biografía ilustrada de Ciro Alegría (1993) nos aproxima a la faceta íntima del hombre: “Fue Ciro Alegría un sobreviviente de muchas muertes, no sólo físicas, sino también anímicas. Su escasa salud lo desveló hasta el último aliento. Y esta afanosa lucha la libró siempre, desde su difícil nacimiento, porque amaba la vida y a ella se aferró desesperadamente, como a una rama solitaria a la que hizo florecer”.