Las reformas borbónicas se orientaron a incrementar el poder del Estado, aminorar la influencia política de la aristocracia, resucitar el poderío bélico español en Europa y recuperar sus colonias americanas. Estas medidas se iniciaron con Felipe V y alcanzaron su fase más radical durante el gobierno de Carlos III, abarcando los ámbitos de la administración de los territorios en América.
Reformas Político y Administrativas
Para controlar mejor sus posesiones la Corona creó nuevas jurisdicciones territoriales y sustituyó a los Corregimientos y sus funcionarios por Intendencias.
Virreinato de Nueva Granada
Se estableció en 1717 y abarcaba Panamá, Nueva Granada (hoy Colombia), la audiencia de Quito y los territorios amazónicos hasta la desembocadura del Amazonas. Su capital fue Santa Fe de Bogotá.
Virreinato del Río de la Plata
Se creó en 1776 al sur del virreinato peruano, con capital en Buenos Aires. Su creación, como en el caso de Nueva Granada, obedeció a la necesidad de protección y control de las costas del Atlántico Sur y el paso al Pacífico.
Las intendencias
Eran divisiones político-administrativas que se crearon para centralizar el poder. Los intendentes vigilaban el desarrollo económico.
Militares
Los constantes ataques de corsarios, bucaneros y piratas pusieron en evidencia la necesidad de reorganizar totalmente las defensas americanas.
El ejército de defensa
Estuvo compuesto por tres unidades: el ejercito de dotación, el ejercito de refuerzo y las unidades milicianas. Las primeras milicias estaban organizadas según las disposiciones de los antiguos reglamentos del siglo XVII.
Las nuevas milicias
Se organizaron en torno a los grupos de población y con la participación de las autoridades municipales o el capitán de guerra. Se establecieron varias unidades al mando de los más notables de cada localidad y se agruparon por profesiones (de comercio, de sastres), por etnias (de blancos, de negros) o por jurisdicciones (urbanas, rurales).
Comerciales
Su objetivo fue centralizar los beneficios de las colonias en la metrópoli, para ello, se modificaron el sistema tributario y el comercio trasatlántico.
Los impuestos
La nueva política suprimió la interminable lista de impuestos existentes para sustituirlas por una nuevo, al valor de 6% sobre algunos productos españoles y 7% sobre los productos extranjeros. Además, se crearon aduanas encargadas de recaudar impuestos en Cochabamba, La Paz, Buenos Aires y Arequipa.
El libre comercio
Permitió la apertura de nuevos puertos, tanto en América como en España. Pese a su nombre, este reglamento no significó el libre comercio con las potencias extranjeras sino que mantuvo la restricción de comerciar solo con la metrópoli.